La obsolescencia programada es el concepto de diseñar productos con una vida útil limitada para que los consumidores deban reemplazarlos con mayor frecuencia. Este fenómeno es particularmente evidente en los dispositivos electrónicos, que a menudo se vuelven obsoletos debido a la falta de actualizaciones de software, baterías no reemplazables y piezas de repuesto difíciles de conseguir.

Consecuencias ambientales de la obsolescencia programada

• Generación de residuos: La obsolescencia programada contribuye a la rápida generación de desechos electrónicos. Según un estudio de la European Environmental Bureau (EEB), prolongar la vida útil de los teléfonos inteligentes en solo un año podría reducir las emisiones de CO₂ en 4 millones de toneladas anuales solo en Europa.
• Aumento de la extracción de recursos: La obsolescencia programada también aumenta la demanda de nuevos dispositivos, lo que resulta en una mayor extracción de recursos naturales, como el litio, el cobalto y el cobre, materiales esenciales en la producción de electrónicos.

Movimientos hacia la reparación y la sostenibilidad

En respuesta a la obsolescencia programada, el movimiento del derecho a reparar está ganando fuerza en todo el mundo. Países como Francia han implementado un índice de reparabilidad para dispositivos electrónicos, que califica a los productos según su facilidad para ser reparados. Esto fomenta la durabilidad de los productos y reduce la necesidad de reemplazos frecuentes.

Alternativas sostenibles

• Reparaciones y reutilización: Muchos dispositivos modernos, como los teléfonos modulares de Fairphone, permiten a los usuarios reparar o reemplazar piezas fácilmente, extendiendo la vida útil del producto.
• Fabricación ecológica: Algunas marcas están adoptando enfoques más sostenibles al fabricar dispositivos electrónicos más duraderos, utilizando materiales reciclados y asegurando la reparación de sus productos.